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Maria Becerra, Billie Eilish y Lil Nas X brillan en día 3 de Lollapalooza Argentina

Un recuento del último día del festival en Buenos Aires.

La excelencia de Maria Becerra, el debut de Billie Eilish en Argentina y la fiesta pop de Lil Nas X coronaron la tercera jornada de Lollapalooza Argentina.

Con 28 grados centígrados y amenaza de lluvias empezó el tercer día de Lollapalooza Argentina, que al igual que en sus dos jornadas previas reunió a 100.000 personas el domingo (19 de marzo) en el Hipódromo de San Isidro en Buenos Aires. Con localidades agotadas, la última entrega del festival reunió lo mejor del rock, el pop, el trap y las nuevas tendencias de la música. La noche cerró con Billie Eilish, Lil Nas X y Skrillex.

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Lollapalooza tuvo un arranque totalmente femenino: desde los escenarios Flow y Alternative, Mía Zeta y Mora Navarro rompieron el silencio de la tercera jornada, sucedidas por Camilú, Odd Mami, Soui Uno y Connie Isla. El primer hombre en salir al escenario fue León Cordero, que se lució en el Samsung con un show unipersonal, y empuñó un micrófono “de araña”. En paralelo, la exponente dela new wave de Venezuela, OH!DULCEARi, copó el Perry’s y precalentó la escena para Muerejoven. El cantante revivió temas como “sin city”, “All Stars” (con Kaktov) y “A$AP”, que el público lo ayudó a cantar ante la ausencia de su colaborador, Dillom. También se bajó de las tablas para interactuar con la audiencia.

A las 14:15 en el Flow, luego de Usted Señalemelo, llegó Gauchito Club. Vestidos de negro, naranja y verde, los mendocinos propiciaron pan para el baile. “Movimiento astral”, “Lowcost” y su hit iniciático, “La pibita”, desataron los pasos de un público que danzó a pesar de los 30 grados. Para concluir, emularon a Queen y el riff de “Another One Bites the Dust” con “El baile universal”. En el escenario Alternative, Judeline arribó desde España para presentarse por primera vez en el país. La niña del sur vistió un atuendo total black para interpretar canciones de su EP, Despertar, en las que fusiona reggaetón, R&B y flamenco.

Uno de los shows más convocantes irrumpió a las 15:00 con Mother Mother. El rock indie canadiense inauguró su espacio en Lolla con “Verbatim” y cerró con “Hayloft II”. “Buenos Aires, esta es nuestra última canción. Los amamos, ¡gracias por todo!”, dijo Ryan Guldemond, vocalista y guitarrista de la agrupación.

Una tríada de espectáculos internacionales arrancó a las 15:45. En el flow, Chile se hizo presente a través de Cami. A pesar de su traje minimalista color crudo, dejó florecer toda su expresividad en temas como “Mía”, “Monstruo” y “Querida Rosa”. Evocó sus raíces al cantar “Volver a los 17” de Violeta Parra. También pidió una ovación para ella y otra de sus referentes, Mercedes Sosa. Más tarde, ilustró su pasión por el país al colgar una bandera argentina y una chilena en cada brazo. Concluyó con “Trip”, mientras pintaba su body con témpera azul.

En la misma franja horaria, los británicos Hot Milk sumaron voces del mundo al festival en Argentina. El grupo pop punk adolescente, comandado por Han Mee y Jim Sha, dio el puntapié inicial con “Wide Awake”, además de recorrer temas como “Glass Spiders” y “I Think I Hate Myself”. Uno de los instantes destacados sucedió cuando el vocalista se subió a la valla para cantar con el público y envolvió el micrófono con una bandera argentina. El tercer show de la tarde fue el de Rojuu. El artista de trap experimental y emo-trap llegó al Perry’s y a Argentina por primera vez e hizo que el público se agolpe en el rincón al oeste del predio. A sus 20 años, el barcelonés fue de los artistas más jóvenes en Lollapalooza. Este martes tendrá su sideshow en Rosario.

A las 16:45, los escenarios cesaron los shows y desde las pantallas se indicó a los presentes que dieran un paso atrás. La posibilidad de tormenta eléctrica demoró las actuaciones de Conan Gray y Rei. El reloj marcó las 17:00 y las primeras gotas comenzaron a caer del cielo — un alivio al calor necesario que puso en suspenso el desarrollo del festival.

Apenas 12 minutos después, la música demostró ser más fuerte. Rei logró comenzar su show en el Perry’s. Con un escenario principalmente ocupado por bailarines vestidos de negro y monos de competición, desató el pogo con temas como “Muy enfierrado”, “Mente gitana” y su colaboración con Duki y Neo Pistea, “Pininfarina”.

El convocante Samsung recibió a Conan Gray. El cantante y compositor californiano vistió un pantalón celeste, chaleco con perlas en el mismo tono y botas altas blancas. Engafado, recorrió todo el escenario para hacer sonar temas como “Disaster” y “Best Friend”.

Por una demora en toda la grilla, los clásicos de Diego Torres comenzaron a sonar en el Flow a las 18:15. Con una banda numerosa e impecable en escena, el músico revivió los hits que conforman el cancionero popular argentino. Su intachable voz y sólida presencia escénica contagiaron a todas las voces del Hipódromo a corear “Sueños”, “Tratar de estar mejor” y su himno, “Color esperanza”, para el cierre.

Kali Uchis llegó con su spanglish al Samsung. La artista colombiana-estadounidense iba a presentarse en Lollapalooza 2020, pero recién lo logró en esta edición debido a las restricciones por la pandemia. Sin músicos en escena, fortaleció su número con un elenco de bailarines, vestidos de marrón al igual que ella. Musicalizó el atardecer con temas como “Get You” y “Telepatía”, además de una versión de “Pobre diabla” de Don Omar.

En el Perry’s, a las 19:15, con un chaleco antibalas, Callejero Fino brindó su porción de show en Lollapalooza. Además de interpretar “Tu turrito”, “Turreo Sessions #723” y “En la intimidad”, cumplió el sueño de un niño del público invitándolo al escenario. Modest Mouse y su pop matemático llegaron al Alternative en un momento de tregua del sol. A pesar del público acotado, la fidelidad de los presentes acompañó un espectáculo memorable. Además, su punto más alto aconteció con la aparición sorpresa de la batería de Catriel Ciavarella, baterista de Divididos.

Maria Becerra
Maria Becerra Tute Delacroix/Billboard Argentina

A las 20:00, un arranque explosivo interpeló a todos los oídos desde el Flow. Flashes, luces de colores, bombos y guitarras eléctricas auspiciaron el comienzo de Maria Becerra. La nena de Argentina salió entre un escuadrón de bailarines, vestida con un conjunto negro tornasolado y tul azul. Con versiones más rockeras que en el trabajo discográfico, la joven de 23 años perreó al ritmo de “Perreo furioso”, “Animal” y “Ojalá”. “¿Están listos para una noche increíble?”, alentó. Completísima, emanó profesionalismo en la voz, baile y puesta en escena. Previo a “Pídelo”, soltó: “Se la dedico a mi novio, hoy y todos los días”, refiriéndose a Rei, quien se presentó en la jornada más temprano. A piano y voz, sostenida en un grupo de coristas, construyó un momento íntimo al cantar “Desafiando el destino”.

El show enmarcó uno de los crossovers más sorpresivos del festival: Grupo Ráfaga subió al escenario para interpretar “Mentirosa” y la reciente versión de una de las canciones de Becerra, “Adiós”. “En mi casa escuchábamos cumbia todo el día, Ráfaga, Gilda… ¿Qué mejor que regalarles una cumbia?”, exclamó. Minutos después, dedicó “La nena de Argentina” a TINI, Lali, Emilia, Cazzu, La Joaqui y todas las mujeres que representan a Argentina en el mundo. El predio vivió un momento de “Discoteca” cuando Lola Índigo se subió al escenario para interpretar su colaboración. Sin frenar el beat, comenzó a oírse “Qué más pues?”, su colaboración con J Balvin, que elevó la intensidad del predio hasta concluir en un final épico: confeti, fuegos artificiales. “Dale que ahora se viene Billie, amigos. Demuéstrenle lo que es el público argentino”, dijo.

En el Alternative, Polo y Pan ofreció la cuota para el remanente del show de Becerra. El dúo que conforman los franceses Paul Armand-Delille y Alexandre Grynszpan fusionó música electrónica, música tropical y música del mundo en forma de viaje electrónico. Con un setlist de casi 20 temas y una estética que iba de la mano con los climas musicales, el par entregó pan para saciar a los que buscaban escapar del mainstream que ofrecía el Flow. En el Perry’s había rap y más rap con la irrupción de Tokischa. La dominicana también ofreció su menú alternativo, subió a una fan a bailar y cortó el show en dos ocasiones. Entre luces, humo y fuego, impactó al público con su excentricidad, haciendo sonar hits como “Linda” y “Delincuente”.

Luego de la adrenalina de Becerra, Lil Nas X volvió a despertar la atención del público con un espectáculo extravagante. El cantante de Georgia ofreció una de las puestas más ambiciosas del festival. Un look brillante y sugestivo y figuras como una serpiente en la escenografía aumentaron el excentricismo. Si bien fue visualmente impactante, el joven de 23 años no descuidó su prolija interpretación y mensaje. En su repertorio incluyó temas como “Rodeo” y “SCOOP”, además de guiños a The Black Eyed Peas y Nirvana con “Pump it” y “Something In The Way”. Para cerrar, eligió “INDUSTRY BABY”.

Con un salto en medio del escenario, Billie Eilish dio inicio a su esperado debut en el país. Al ritmo de “bury a friend”, la angelina empezó enérgica, desplazándose por todo el escenario y la rampa que lo dividía en dos. Acompañada por su hermano y productor Finneas, quien ejecutó bajo, baterías y el instrumento que pidiera cada canción, vistió un conjunto deportivo y una gorra para atrás. La joven de 21 años interpretó hits como “idontwannabeyouanymore”, “my future” y “NDA” y, en más de una ocasión, el nivel de intensidad de los coros llegó a igualar el volumen de su voz.

Más tarde, tuvo un gesto de simpatía con el público argentino en medio de “Billie Bossa Nova”, cuando atajó una bandera nacional proveniente del público y la cargó en sus hombros. Un silencio sucumbió en el predio cuando la organización detuvo el show. Algunos desmayos obligaron a la artista a pedir asistencia médica. Luego de diez minutos, regresó a escena con temas como “when the party is over” y “everything i wanted”. Lentamente, el clima fue levitando hasta la llegada de las demoledoras “bad guy” y “happier than ever”. Electrizante y magnética, Eilish mantuvo la atención del Hipódromo. Acuñando la medalla de “la más joven en cerrar Lollapalooza Argentina”, la pequeña gigante consagró un cierre a lo grande.

Mientras tanto, en el Alternative, sonaba Rise Against. La banda de Chicago fundada en 1999, que tiene más años de actividad que la edad de Eilish, hizo sonar su hardcore melódico frente a un público limitado, pero afincado frente al espectáculo.

El cierre electrónico lo dispusieron tres proyectos: en el Perry’s, el dúo inglés Gorgon City hizo lo suyo y alistó la escena para el juego de bandejas de otro dúo, Claptone de Alemania, que dio un fin progresivo a la actividad en el escenario que lleva el nombre del fundador de Lollapalooza, Perry Farrell.

Y, por último, ultimísimo en Lollapalooza Argentina 2023, apareció Skrillex. Con un show que osciló constantemente entre EDM y dubstep en el Samsung, reunió a un público que ignoró el cansancio acumulado y se acercó en busca de una última emoción. El californiano de 35 años ya había tenido el lujo de cerrar el festival en 2015, pero esta vez se atrevió a más: hizo sonar un remix exclusivo de “Bangarang”, mezcló “First of the Year” y “Make It Bun Dem” y la cereza del pastel: concluyó invitando a Bizarrap a tocar a su lado.

— Por Josefina Armendariz