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Laura Pausini reflexiona sobre la igualdad de género en la música y su minigira maratónica de 24 horas

Tras un período de crisis, la cantante pop italiana celebra tres décadas de estrellato internacional con nueva música y una gira mundial.

Laura Pausini se sienta frente a una hermosa terraza. Ya empacó su equipaje y se dispone a viajar a España para unos días de promoción. Y tiene un mensaje para quienes dudan de ella.

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“Solo hay una manera de responder a los que me dicen que soy demasiado mayor para hacer algo, o que expresan dudas porque soy mujer”, dice a Billboard Italia a través de Zoom. “Simplemente lo hago”.

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La cantante de 48 años ganadora del premio Grammy, una de las artistas más veneradas de Italia, dice que pasó por “una especie de crisis” en los últimos dos años. “Creí que me faltaba el apoyo de quienes me rodeaban, pensé que no podría lograrlo”, dice. “Pero ahora me siento más segura que nunca”.

Y lo está demostrando.

Nacida en Faenza, un pequeño pueblo entre Bolonia y Rimini, Pausini comenzó a los 19 años una carrera musical con la que pocos artistas italianos pueden competir. Sus discos han vendido más de 70 millones de copias en todo el mundo, ha realizado nueve giras mundiales y ha colocado tres canciones en el Top 10 de la lista Hot Latin Songs de Billboard (“Las cosas que vives”, “Víveme” y “Como si no nos hubiéramos amado”, todas ellas versiones en español de canciones escritas originalmente en italiano).

Billboard Italia acompañó a Pausini a sus conciertos en Madrid y Milán, dos de los tres (el primero en el Apollo Theater de Nueva York) shows de su maratón en vivo de 24 horas el 27 de febrero para celebrar una carrera de 30 años que comenzó con su exitoso sencillo “La Solitudine” (“La soledad”).

¿Cómo respondes a quienes pensaron que [el maratón de 24 horas] era una idea extraña? ¿Valió la pena?

Quería hacerlo desde hace mucho tiempo. Al principio quería cantar 30 canciones, cada una en una ciudad diferente de Italia, de sur a norte. Habría viajado en una furgoneta y llegado a mis fans con muy poca antelación. Pero no lo hubiera hecho en 24 horas, y eso era esencial para mí. La celebración debe durar un día. No podía continuar un año, eso significaría estar atrapado en el pasado. No rechazo el pasado, es solo que debemos mirar hacia adelante con valentía.

¿Cómo te preparaste?

La preparación duró seis meses. Trabajé con mi foniatra (médico especialista en problemas de la voz), dietista y entrenador personal. No para perder peso, sino por el esfuerzo vocal y físico que estaba a punto de soportar. Me abstuve de todos los alimentos ácidos para evitar el reflujo. Comía a horas precisas y entrenaba como una atleta para asegurarme de que mis piernas y mi diafragma estuvieran lo suficientemente fuertes. Cuando termino un concierto, nunca me duermo fácilmente; de hecho, dormí muy poco entre esos conciertos. Y teníamos diferentes listas de canciones y diferentes roadies (personal asistente en los viajes por carretera). Ha sido duro, pero también una de las tres experiencias más significativas que he vivido, después de la victoria en Sanremo en 1993 y el concierto en el estadio San Siro de Milán. Además, pensé que les debía algo a mis fans.

¿Qué quieres decir?

Mucha gente me ha estado siguiendo desde 1993 e hizo locuras por verme en concierto. Gente de Italia gastó mucho dinero para verme en Nueva York, Miami, Londres, Las Vegas. Los vi con mis propios ojos. Por eso muchas veces me sentía endeudada, mis canciones no alcanzaban para agradecérselo. Tenía que hacer algo especial.

En Madrid dijiste que en España te sientes más libre que en Italia. ¿Cómo es eso?

En Italia, la gente sabe quiénes son mis padres, su trabajo, a qué escuelas asistí, el pueblito de donde vengo. Han estado siguiendo mi crecimiento personal desde mi adolescencia. Pero no es así cuando estoy en el extranjero. Tienen una forma diferente de respeto y tal vez me ven como una gran estrella, como sucede cuando alguien viene de lejos.

¿Cuál fue la enseñanza más valiosa que aprendiste cantando en el extranjero?

Venir de un pueblo tan pequeño e ir al extranjero me abrió la mente de una manera que ningún curso de estudios lo haría. Después de la secundaria, quería estudiar arquitectura en la universidad, pero quedó ahí. A veces me parece que no logro expresarme de una manera “culta”.

Bueno, hablas cinco idiomas…

Pero eso crea confusión. Mi vida es tan acelerada que a veces pierdo la noción del tiempo y olvido dónde estoy. A veces estoy en Italia y pienso en español o portugués, por ejemplo. Cuando gané Sanremo en 1993, Eros Ramazzotti era el único cantante italiano que era famoso en los países latinos.

Y entonces viniste tú, la única mujer.

Así es. En aquella época no había mucho espacio para las mujeres. Lo que ocurrió conmigo fue resultado de varias coincidencias. Por ejemplo, gané el concurso Sanremo Famosi en 1991; entonces, en teoría, debería haber participado entre los Nuevos Artistas de Sanremo 1992, pero no me llamaron. Si lo hubieran hecho, no hubiera cantado “La soledad”, que fue la clave de mi éxito. En 1993, el director de la radio holandesa asistió al festival. Me vio y decidió hacer que las estaciones de radio más importantes de los Países Bajos tocaran mi canción. Luego siguieron la televisión holandesa y de otros países. Bélgica, Francia, Alemania… Todo empezó con una canción honesta y mucha suerte.

¿No crees que habría sucedido de todos modos?

Mucha gente me dijo eso, pero no lo creo. Conozco a tantos artistas que son grandes cantantes pero no siguieron adelante después de algunas canciones.

Cantar bien no es suficiente. ¿Tu “italianidad” es igualmente apreciada en los países latinos y en los países de habla inglesa?

Todavía estamos etiquetados con muchos estereotipos y eso es molesto. Me doy cuenta de que soy apreciada en los países de habla inglesa cuando no me burlo de sus canciones. Por lo general, quieren escuchar “la melodía de Pausini”, como la llaman. Tampoco me gustan los artistas que siguen tendencias que no son las suyas. Quiero decir, si escucho a Shakira, espero que haga lo suyo. Hay una razón por la que hemos sido elegidos por la audiencia, y esa es nuestra autenticidad. No podría hacer R&B, no es parte de mi cultura. Solía cantarla solo cuando actuaba en un piano bar.

Tu nuevo sencillo “Un Buon Inizio” [“Un buen inicio”] fue escrito por Riccardo Zanotti de Pinguini Tattici Nucleari. Su estilo es muy reconocible. ¿No temías que eclipsara el tuyo?

No, para nada. En los últimos dos años traté de cantar con pistas de acompañamiento de canciones famosas. Por ejemplo, traté de cantar “Brividi” de Mahmood & Blanco [con la que ganaron Sanremo 2022], pero no era para mí. Quiero salir de mi zona de confort, pero al mismo tiempo no quiero perder el carácter que la gente espera de mí. Siempre trato de trabajar con gente más joven que pueda darme una perspectiva más contemporánea. Cuando trabajé con Madame para “Scatola” (“Caja”), mucha gente se preguntaba qué teníamos en común. Pero ella se sabe de memoria todo mi álbum Simili (Similares), incluso más que yo. Después de todo, los artistas nos influenciamos unos a otros. Nos inspiramos en el pasado para crear algo nuevo. Me influyeron Claudio Baglioni, Vasco Rossi, Eros Ramazzotti, incluso Jethro Tull, y los traje a mi propio mundo. Ahora que tengo cierta edad y nivel de experiencia, debo escuchar las novedades y tratar de entender por qué y cómo los artistas más nuevos dicen ciertas cosas. Eso es fundamental. Hace dos años, pensé que no tenía nada más que decir.

¿Cómo superaste esa etapa?

Escuché demasiadas canciones y me confundí aún más, así que pedí consejo a [el ex director de Island Records Italia] Jacopo Pesce. Oí muchas canciones que otros me enviaron, sin saber quién las escribió. Yo siempre hago eso. La canción de Zanotti me llamó de inmediato la atención, pero me costaba identificarme con la letra. Le pedí que la cambiara un poco y estuvo más que dispuesto a hacerlo. Nos conocimos en Milán y nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común, a pesar de la diferencia de edad y género. Por supuesto, él no ha tenido todas las experiencias que yo he tenido.

¿Como por ejemplo la sensación de haber logrado demasiado?

Así es. Es lo que sentí cuando gané el Globo de Oro en 2021 con “Io Sì”, pero también cuando sentí que me faltaba el apoyo de quienes me rodeaban. Los que solían alentarme habían comenzado a comportarse de manera opuesta.

¿Cuánto tuviste que luchar como mujer en una industria que estaba, y está, dominada por hombres? Desde fuera se te ve tan fuerte y segura.

Así es como soy en el escenario, porque ahí es donde pertenezco. Pero en mi vida privada soy más insegura, tengo mis debilidades. Cuanto mayor sea el éxito, más consecuencias positivas y negativas obtendrás de él. La gente te dirá: “Ahora tienes cierta edad y hasta eres mujer”. Es una locura ver cómo este modo de pensar se extiende a todos los países. Pero reacciono. Si me menosprecias y me dices que haga las cosas de cierta manera, haré lo contrario. He estado enfrentando mucha discriminación desde el comienzo de mi carrera.

¿Por ejemplo?

Cuando participé en Sanremo en 1993 no tenía álbum, ni contrato. Todos los artistas tenían uno, menos yo. Mi sello discográfico, Warner Music Italy, no se lo esperaba y preparó uno rápidamente. Lo firmé 15 días después del festival. Decía que mi álbum debut debería vender al menos 30.000 copias para hacer un segundo álbum. No cuestioné el hecho de que otro artista nuevo, un hombre, tuviera un mínimo de 100.000. Y que yo obtendría 4% de los ingresos, mientras que su parte era de 8%. El día que se lanzó mi álbum, vendió 60.000 copias. En seis meses, esa cifra creció a 1,5 millones. Mi perspectiva cambió y mi mánager exigió [que me dieran] el 8%. De todos modos, recuerdo perfectamente lo tímida que era cuando comencé. Cuando firmé mi contrato me dijeron que tuviera en cuenta que la última mujer que había vendido tantas copias era Anna Oxa. Pero esos eran los 80. ¿Puedo decirte algo que me molesta del periodismo?

Claro.

Todo el mundo habla de la mujer y la igualdad de género, pero en al menos seis o siete países he visto que una revista no pone a una mujer de 40 años en la portada.

La edad se vuelve un problema. Madonna también dijo eso.

Pero los hombres mayores de 40 años no tienen ese problema. Y eso que a menudo los editores en jefe son mujeres. No todo el mundo es así, y no es que tenga que estar en la portada a toda costa. Solo digo que las palabras no siempre coinciden con los hechos. Como mujer aprendí que hay que ser concreto. Entre 1993 y hoy muchas cosas han cambiado. Pero todavía tenemos mucho por lo que luchar y debemos convencernos de que lo lograremos, incluso cuando parece que todas las probabilidades están en contra nuestra. Incluso cuando solo queremos encerrarnos y quedarnos con nuestros hijos. En Italia, todos están dispuestos a preguntarse: “¿Qué está haciendo Pausini hoy en día?” En los últimos dos años ni siquiera podía reaccionar, solo tenía ganas de llorar. Pero ahora reacciono. Es importante sentir tanto energía como urgencia. Es por eso que mi nuevo logotipo representa a una mujer corriendo hacia adelante.

¿Hay algo que dirías o harías diferente si sucediera hoy?

Solo una cosa. Tendría más cuidado al confiar en la gente. Si pudiera hablar con la joven Laura, le daría una lista de nombres de gente a la cual evitar. Quiero decir, esas personas también fueron importantes. Yo soy quien soy hoy también gracias a las experiencias que pasé. Puedo parecer fuerte, pero soy muy sensible y sufrí mucho.

¿Qué puedes decir del espíritu de los conciertos de Venecia y Sevilla este verano?

Quiero mirar hacia adelante sin olvidar el pasado. Durante las próximas semanas comenzaré una gira por emisoras de radio en Italia, incluso en las pequeñas estaciones locales, que no he hecho desde mi victoria en Sanremo. Y luego actuaré en plazas públicas, como hice en 1993. Por eso elegí dos icónicas como la Plaza de San Marcos en Venecia y la Plaza de España en Sevilla. Me gustaría que todos estos momentos tuvieran un tema común, como celebrar el pasado, pero al mismo tiempo hacer que la audiencia vea lo que viene después. Quiero crear una lista de canciones específicamente para esos dos lugares. Todavía estamos planeando cosas, pero todo está claro en mi mente. Ahora tengo que fijarme en los detalles, que es difícil, pero me gusta, porque cuando encuentro algo que marca la diferencia me vuelvo loca. Quiero comunicar la voluntad de no conformarme con lo logrado, de desafiarme siempre a mí misma y trazar nuevos caminos.

¿Crees que eres tan exigente con los que te rodean como contigo misma?

Sí. Porque este trabajo es como una misión para mí. Es compromiso, dedicación, disciplina. Independientemente de los resultados, me gusta cuando los que trabajan conmigo creen en el proyecto. Quizás lo más difícil es mantenernos enfocados en lo que hacemos, en términos de disponibilidad y horarios de trabajo. Pero creo que es la única manera de hacer un buen trabajo. La música no debe tomarse a la ligera. De hecho, puede cambiar la vida de la gente. La parte artística tiene que ser puro instinto, pero hay que tomarse muy en serio el trabajo que lo hace posible.

¿Cuál es tu objetivo final?

Demostrar que la música pop importa. Incluso las canciones más alegres pueden cambiar algunas horas en la vida de alguien que no conocemos. Durante los últimos 30 años visité con frecuencia hospitales que utilizan la musicoterapia para ayudar a los pacientes. Experimenté uno de los momentos más emotivos de mi vida cuando envié un mensaje vocal a un italiano que se hallaba en coma en el que le cantaba y le hablaba. Después de unos días, despertó. Esto fue increíble. Nunca debemos subestimar lo que escribimos y cantamos. Es por eso que no soy capaz de cantar como una mera intérprete. Escribir letras o al menos participar en el proceso es fundamental para mí. Valoro lo que la gente obtendrá de mi música. Creo que esa es mi misión y la razón por la que sigo aquí.