Lo que comenzó como la misión personal de un nieto de preservar el legado musical inédito de su Nana se convirtió en un proyecto de pasión que derivó en un álbum, un documental, un papel en una película de Hollywood y, en última instancia, una nominación al Latin Grammy al mejor artista nuevo.
A sus 95 años, Angela Alvarez cumple el sueño de toda una vida que comenzó en su Cuba natal, donde aprendió a cantar y tocar el piano a temprana edad, y más tarde tomó la guitarra y comenzó a escribir sus propias canciones.
“Me gustaba mucho la música”, dice Alvarez a Billboard Español en una videollamada desde su casa en Baton Rouge, Louisiana, a donde la llevó décadas atrás el trabajo de su esposo como ingeniero mecánico de la industria azucarera. “Cuando yo era niña, yo tenía dos tías que tocaban el piano y ellas me enseñaron a cantar. Cuando había reunión de familia, yo era la artista; me hacían vestidos y siempre me gustó actuar”.
Es algo que siguió creciendo con ella. Así que cuando estaba a punto de graduarse de la escuela y su padre le preguntó qué quería hacer a continuación, la joven Angela no dudó en responder: “Yo quiero ser cantante”. Al no considerar ese tipo de vida adecuado para su única hija, él dijo “No. Tú canta pa’ la familia, pero no pa’l mundo”.
“Lo quería mucho y lo obedecí, no hice hincapié”, dice Alvarez con una sonrisa dulce y contagiosa, sin un ápice de resentimiento en su voz. Decidió poner su sueño en un segundo plano, y con el tiempo encontró la felicidad en el matrimonio y su propia familia. (Alvarez tuvo cuatro hijos y hoy es abuela de nueve y bisabuela de unos 15, dice radiante de orgullo).
Pero la música siempre estuvo ahí para ella, y la ayudó a sobrellevar los altibajos de la vida — desde el amor y la maternidad, hasta casi dos años separada de sus hijos tras el triunfo de la Revolución Cubana, cuando se suponía que iba a viajar con ellos a Estados Unidos pero no le permitieron abordar el vuelo; a sus incansables esfuerzos por reunir a su familia y la eventual pérdida de su amado esposo y, años más tarde, de su única hija, ambos por cáncer.
“Yo pienso que la música es el lenguaje del alma”, dice Álvarez, quien estima que ha escrito alrededor de 50 canciones, entre ellas “Romper el yugo”, “Añoranzas”, “Mi gran amor” y “Camino sin rumbo”, todas incluidas en su álbum debut homónimo de 15 cortes, lanzado de forma independiente (vía Nana Album LLC) en junio de 2021.
“Si yo pudiera romper el yugo que te aprisiona con gran poder / feliz sería, yo cantaría himno de paz”, le canta a Cuba en el tema afro-cubano de 1969 “Romper el yugo”.
“Camino sin rumbo, qué pena me da / Camino sin rumbo, no puedo encontrar / Yo busco consuelo, yo busco la paz / Camino serena por toda la faz”, entona en “Camino sin rumbo”, un bolero cubano-son que escribió en 1978 tras la muerte de su esposo.
Escuchar muchas de estas canciones mientras crecía tuvo especial impacto en su nieto Carlos José Alvarez, un compositor y productor profesional radicado en Los Ángeles que atribuye su amor por la música en gran parte a su Nana, como la llaman sus nietos. Mientras pasaban los años sin que Angela grabara nada de su trabajo, él tuvo una “epifanía” que lo hizo viajar rápidamente a Louisiana para documentar todas y cada una de sus canciones para “el legado de nuestra familia”.
“No sabía que había tantas, no tenía ni idea. Y cuando regresé a Los Ángeles fue cuando hice clic y la llamé y le dije ‘Nana, ¿quieres hacer esto?’ Primero me dijo ‘¡Yo no voy para Los Ángeles! ¿Pa’ qué?’ Y yo digo: ‘¡Pa’ grabar tu disco!’ Y ella dice: ‘¡OK, voy!'”, recuerda Carlos entre risas en la misma videollamada, él desde su casa en California.
Pero pasaron unos años más mientras Carlos “esperaba el momento perfecto” para dedicarse a este proyecto y hacía malabares para manejar su tiempo entre el trabajo y la familia. Entonces, durante un viaje a España, un amigo volvió a encender en él esa llama, el productor Misha’al Al-Omar, quien lo miró a los ojos y le preguntó sin rodeos: “¿Estás esperando a que se muera? […] Lo que sea que necesites, hagámoslo”.
“Yo le debo a ese hombre el crédito por despertarme”, dice Carlos sobre Al-Omar, también productor del álbum. “Regresé de España, la llamé y le dije ‘Nana, ya estoy haciendo tus arreglos. Vas a venir a Los Ángeles. Vamos a hacer esto’”.
Con su abuela a bordo, comenzó a llamar a músicos que sabía que lo ayudarían a dar vida a este proyecto. “Son amigos míos y gente que admiro, lo mejor de lo mejor”, Carlos dice de los profesionales a los que reclutó. “Les pongo su música y simplemente no pueden creerlo. ‘¡Cuenta con nosotros!’ Quedaron impresionados. Estaban como, ‘¿Estas son sus canciones? ¡Suenan como clásicos, pero nunca las había oído antes!’”
También se puso en contacto con el actor y músico cubano-estadounidense Andy García, quien quedó impresionado. Tanto así, que no solo fue productor ejecutivo y narrador de un documental sobre Álvarez, Miss Angela, sino que la invitó a aparecer en su nueva versión de la película Father of the Bride (El padre de la novia) como Tía Pili y cantar “Quiéreme mucho” como parte de la banda sonora.
“Su historia sencillamente me impactó. Ella representa una generación, quizás nuestra generación más grande de cubanos”, dice García en Miss Angela al presentar a Álvarez cuando ésta está a punto de dar su primer concierto, el mismo día de su cumpleaños 91, en el histórico Avalon de Los Ángeles, donde el actor tocó los bongós con la banda.
“Damas y caballeros, por favor acompáñenme a hacer finalmente realidad el sueño de una adolescente y darle la bienvenida a la estrella del programa de esta noche cantando sus propias canciones, la extraordinariamente talentosa y sublimemente hermosa señora Angela Alvarez”, continúa García.
En una declaración escrita, Al-Omar dijo a Billboard Español que trabajar con Angela y Carlos siempre fue una “labor de amor” para todos los involucrados. “Nunca se trató de dinero o reconocimiento, dimensiones que realmente pueden interponerse en el camino de hacer las cosas por ‘la razón correcta’. Y la simplicidad de ese propósito hizo que fuera mucho más fácil concentrarse en lo que es importante”, señaló.
En cuanto a cómo Ángela Álvarez terminó con una nominación al Latin Grammy en una de las categorías más codiciadas, su nieto explica que fue idea del mismo Al-Omar. “Él dijo: ‘¿Sabes lo apropiado e increíble que sería si ella fuera nominada a mejor artista nuevo a su edad? ¿Sabes el mensaje que eso enviaría al mundo? ¡Y nos reímos de eso! Lo enviamos, y hace dos días estaba chequeando al gato de mi vecino y estaba parado ahí cuando recibí mensajes de texto: ‘¡Felicidades!’ Y yo y que, ‘¿¡Por qué!?’ Y caí en cuenta, basado en la persona que estaba escribiendo, y dije ‘¡No puede ser!’ […] Es algo inimaginable”.
Ángela tampoco podía creerlo. “Fue un impacto muy grande pero muy bonito. Después después pensé que todos mis sueños se realizaron. A los 95, pero no importa”, dijo riendo.
Ahora ambos planean asistir a las celebraciones de los Latin Grammy en Las Vegas la tercera semana de noviembre, donde ella tiene previsto cantar en una presentación de los nominados a mejor artista nuevo el día 15 y asistir a la ceremonia de premios el 17.
“Espero que todo este proyecto inspire a los jóvenes a sentarse a hablar con sus parientes ancianos. Háganles preguntas. Pregúnteles sobre los sueños que tuvieron alguna vez. Se sorprenderán de lo que descubrirán”, dice Carlos. “Si no les preguntamos, no nos lo dirán, y su sabiduría y sus sueños se irán con ellos”.
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